Leí no hay clemencia para los que
murieron asesinados. Y pensé, quién necesita clemencia cuando se está
muerto.
Casi
todo resulta absurdo, vegetando en una broma que se alarga más de la cuenta, véase
Show de Truman, pero con más megapixeles. Como llegar a un sitio y que te
pregunten: ¿ya estás aquí?
(-No,
venía a decirte que llegaré más tarde).
No
tengo respuestas, pero porque no las quiero, ni las necesito. Vuelvo, vuelo,
volatilizo, me voy. El caso es que a veces no estoy, y lo que menos importa es
cómo me he ido.
Bien,
esto es un borrador de la nada. Tengo todo el derecho a escribir pensamientos deshilados
que puedan parecer no decir una mierda, perdón, una caca. Igual que tú tienes
todo el derecho a no leerlos, o a criticarlos. Obviamente si has llegado aquí, lo
primero ya carece de sentido. Pero siempre puedes parar en este último
punto.
El
otro día me compré un vestido después de mucho tiempo. Me quedaba bien. No
necesité a nadie que me diera opinión, fui sola, lo elegí sola y lo pagué
sola. Es bonito ser autosuficiente. Incluso para comprar vestidos.
Sólo es un apunte.
También me he
dado cuenta de que ya no leo periódicos, creo que ni siquiera los releo, paso
páginas porque me gusta el compás que se crea en la mesa al son que muevo
el café. Leer el periódico es como si todos los días tuvieras un Déjà
vu. ¿Cuántos árboles mueren para sangrentar esas bazofias? De todas formas
llegados a este punto de miseria, a casi nadie le importan los árboles, eso era
antes, cuando se podía tener casa-coche-viaje ymuchascosasmás a golpe de nómina
y macetas avalistas. Ahora la cosa es que no te corten el paro. La
solidaridad es para los ricos, o eso decía el cuponero de mi barrio.
La
palabra bazofia es curiosa, BA-ZO-FIA. De pequeña la utilizaba mucho cuando mi
madre hacía verdura. Ahora cuando voy a casa de mi madre le pido bazofia para
comer. Porque ella me alimenta bien, porque las madres saben de eso. La mía es
un desastre. Pero la quiero por diversas razones que no tienen nada que ver con
haberme parido, se lo ha ganado. Le compraré un vestido.
Y
bueno, mañana se acaba el mundo, así que me permito el lujo de publicar esto.
Nos
vemos en el limbo.