viernes, 10 de mayo de 2013

¿Por dónde?




No existen los espíritus ni los fantasmas. Tampoco los hobbits ni las ratas mutantes. No existen los lagos de lava que no quema. Ni las arañas parlanchinas que viven en los sombreros. No existen los gigantes sin corazón. No existen las historias de Edgar Allan Poe.
No existe la magia.
No existen los personajes que se crean cuando se quiere ser ellos y no tú. No existen los zapatos de cristal. Ni las hadas gordas, ni las delgadas. No existen los carámbanos de hielo que paralizan el corazón. 
No existen los besos que devuelven la vida. Ni las manzanas asesinas. Ni los melocotones gigantes. Tampoco existe La Comarca ni en general la Tierra Media. 
No hay caminos con hierbas azules, violetas o amarillas. No hay pájaros que duerman con sus cantos a los perversos. No hay máquinas del tiempo para volver atrás. Ni monopatines voladores. Tampoco los árboles tienen puertas secretas. Ni existen las casas de golosinas. 

Pero en su lugar tenemos la sensatez y la ciencia. Existen las leyes y el llorar a las personas muertas. Tenemos el trabajo y la responsabilidad. Existe la televisión, la política y la realidad.

...

Existen los espíritus y los fantasmas. Existen los hobbits y las ratas mutantes. Existen los lagos de lava que no quema. También las arañas parlanchinas que viven en los sombreros. Existen los gigantes sin corazón. Existen las historias de Edgar Allan Poe. 
Existe la magia...

viernes, 3 de mayo de 2013

Dos años bipolares



Hace unos días mi cuerpo cumplió los 26. Mi blog 2 años y mi mente 127.
Tengo muchas cosas en el abandono. El tiempo se me escurre, me corre demasiado rápido, pero no es problema, sigo intentado volar saltando en todos los acantilados que encuentro en cada vórtice del caos. Sigo reventándome las costillas, que por suerte, son de plastilina. 


Es importante, aunque sea de vez en cuando, agradecer, en este caso a vosotros, que a pesar de mis marchas temporales y mi falta de continuidad, seguís pasando por aquí. A los que no venís con la intención de recibir después un comentario en vuestros sitios.
A los que me mandáis correos para comprobar que sigo viva.
A todos los que merecéis la pena. E incluso a los que no, porque todos somos necesarios en esta compensación extraña en la que nos han parido. 

Sin nada más que añadir, y como diría mi pez Espinete: Glu, glu, glú. 

Ah sí, joder. GRACIAS a tu.