sábado, 28 de mayo de 2011

BarcelONa



PARA ESTA MIERDA DE PAÍS CORROMPIDO POR SABANDIJAS QUE NO CODICIAN MÁS QUE ATIBORRAR SUS PROPIAS BARRIGAS MANIPULANDO UN SISTEMA NO DEMOCRÁTICO 







No hay camino con la paz. ¿Cuál debemos usar entonces? 

jueves, 26 de mayo de 2011

Cementerio de tiburones


Puedes empezar por la puerta que quieras, estoy esperando detrás de todas. Vuela y navega en esta última sesión de cine marino. Regreso y exilio.

Ese verano asfixiante, sobre sombras de aquella cala rocosa erosionada por la ira del Rey Neptuno.  Rebobinemos el entonces. Una vez más.

Seamos los dos putos protagonistas de esta última trilogía en este cementerio  de tiburones. Susúrrame el guión de despedida cerrando el circuito de palabras con un es tarde.


Ahora bajemos el telón, abordando la cara B del fin, callados y traidores de nosotros mismos. Pero deseosos como siempre. Cachondos y tristes.

Chúpame el salitre de la espalda. Lame mi vainilla de dulce contraste. Escúpeme en la boca por última vez, prodigioso cianuro grácil. Agarra esto fuerte que te doy y resguardado en el mejor sitio, que serán futuras pieles ajenas y ninguna la mía. Esta, mi dádiva color venganza.


No había contrato de fianza, pero puedes llevarte lo que antojes. El mar, el cielo, la arena, la roca fresca es tuya. Yo me quedo con la sensación de piel seca y fuertemente salada de nuestros jugos y del mar. Me quedo con eso y con el aire de levante fresco y amargo como salsa dulce agria. Que como entra cada noche, igual sale, y sabrá mantener este recuerdo aerostático sintetizándolo poco a poco, haciéndolo pequeño a cada paso y matándolo después. Volviéndolo diáfano, casi transparente. Casi.


Esta todo bien la gran ola pasó, todo en calma mientras deseos no sinceros empiezan entrecortados por navajas afiladas.
El mar te acompaña y con él aquella foto. Sabíamos que era otra posibilidad. Me quedo aquí tranquila, con el sol que no te  llevas, dorándome con él, prendiéndome el alma. Me quedo también con lo vivido, llévate tú el futuro ya nunca presente.

Sacúdete la arena antes de irte. Y recuerda, nunca se consigue sacar toda, siempre quedará alguna mínima partícula arenosa que te recordará esta playa. Pero a mí, olvídame cuando tú quieras.

lunes, 23 de mayo de 2011

Buena gente

- Hola, buenos días, venía para dar de baja una cuenta corriente.
- ¿A su nombre?
- No, está a nombre de mi padre que ha fallecido recientemente.  Me están cargando a mí las comisiones y gastos de cuenta. Querría solucionar el problema.
- Ya, pero tiene que venir su padre a firmar.
- Señora, le acabo de decir que mi padre ha muerto. Y yo soy la única heredera, alguna forma habrá...
- Pues mire no, tiene que venir él y firmar, no hay otra forma.
- ¿Me está vacilando?
- ¿Perdone?
- Le estoy diciendo que mi padre ha muerto, está esparcido por el Mediterráneo, me sería muy difícil recomponer sus cenizas y hacerle venir a firmar el puto cierre de la cuenta.
- Mire todos tenemos problemas y si se va a poner impertinente es mejor que se vaya.
- ¿Pero usted es subnormal? Esto es broma ¿No? ¿Y la cámara?
- Señorita las cámaras lo único que están grabando es su falta de educación y si sigue poniéndose violenta me veré obligada a llamar a seguridad.
- ¿A que le meto un bofetón para que tenga motivos?
- ¡¡Oin!! Es usted una maleducada. ¡Seguridad! Por favor ¡Seguridad!
- Pero buenoooo esto es surrealista, suéltame gilipollas ¡¡Ahggg!!
- Ala llévese a la tía loca. ¡¡Adiós señorita!! Y recuerdos a su padre.

viernes, 20 de mayo de 2011

Eclipse


No se elige donde se nace, no se decide de quien se nace, tampoco el color de piel, ni ojos, ni pelo. Se llega incoloro y el alrededor dispone. La natura no está en nuestras manos.
Él no eligió nacer en el peor barrio marginal entre mantas adornadas de verdosa mugre y ennegrecida sangre. Tampoco a su padre alcohólico y dependiente de agujas no clínicas. Ni a una madre de sombra inexistente. Menos a un hermanastro perturbado.
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Asumía 12 años recién cumplidos, aunque desconocía exactamente cuando era su cumpleaños. El hambre y el miedo, compañeros de viaje, pero auto criarse y lamerse las heridas le dispersaba de ellos, a veces. Padre no solía pegarle cuando iba colocado, agradecido de que esto fuera un perenne siempre.
Otra meta era poder acudir a la escuela del barrio contiguo a menudo, desaparecer del polvo envolvente durante unas horas era un suficiente enorme.
Hermanastro mayor pasaba algunas temporadas con ellos cuando no estaba en la cárcel. El simple sonido de su voz avisando su nueva llegada le producía fuertes arcadas. Violaciones con desgarro y dolor que calmaban el vicio incontrolable del continuo reo y despertaban el pánico traumático de la criatura ultrajada. Después de la profanación de su tierno y joven cuerpo imploraba afónico la ayuda de su progenitor entre lágrimas de vergüenza, suplicio y tormento, él entre risas le llamaba maricón.


Un jueves decidió preguntar a la hermana de su único amigo el porque de sus últimas ausencias en la escuela.
- ¿Mi hermano? En el reformatorio, ya no le veremos hasta los 15 ó 16 años.
- ¿El reformatorio qué es?
- Pues un sitio donde te llevan si te portas muy muy mal, es como si vivieras en el colegio siempre. Duermes allí, comes allí y estudias allí. Es una cárcel pero de menores.
- ¿Y tu hermano está bien allí?
- Bueno... dice que al menos come todos los días.
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Hay momentos en la vida que la claridad de una decisión es luz cegadora. Eclipse de corazón y mente. Todo cuadra. Los años, la experiencia y la inteligencia no entran en ese tipo de decisiones. Sobran. No tienen cabida.
Su primer eclipse fue a los 12 años. Tenía que hacerlo. Cada vida debía tomar un túnel distinto. Podía desviarse. Quería elegir.
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Cuando la policía le preguntó no vaciló al reconocer:
- Sí sé quien lo ha hecho, yo.
- ¿Tú le has prendido fuego a tu casa con tu padre y tu hermano dentro?
- Sí.
- ¿Porque?
- Tengo hambre.

lunes, 16 de mayo de 2011

Se llamaba


Se llamaba Casio y su aliento fúnebre tiraba de culo.
Se llamaba Sergio y tenía obsesión por las mariposas disecadas.
Se llamaba Martino y al final se hizo pesadito con la guitarrita y el ay ay ay.
Se llamaba Julián y se fue con Casio.
Se llamaba Perico y le gustaban demasiado los "trancos" con vino.
Se llamaba Bubú y era más tonto que su nombre.
Se llamaba Crash y sus chistes no eran graciosos.
Se llamaba Nomeacuedo y un día no me acordé.
Se llamaba Carlos y volvió con su mujer.
Se llamaba Francis y su madre le obliga a ducharse.
Se llamaba Luis y le gustaba el paracaidismo y voló y voló y voló.
Se llamaba Suso y nunca se callaba.
Se llamaba Ginés y a los tres días se tatuó mi nombre.
Se llamaba Xavi y tenía la mano muy larga y se fue sin su mano.
Se llamaba Cristóbal y lloraba por todo.
Se llamaba Nacho y éste estaba muy bueno, pero sólo eso.
Se llamaba Hugo y me robaba.
Se llamaba Juan y era anti-todo.
Se llamaba José Luis y me dejó por una amiga.
Se llamaba...
Se llama...
Se llam...
Se lla...
Se ll...

Soy Laura, Sofía, Vanesa, Ángeles, Leonor, Marina, Maria, Cecilia, Teresa, Cristina, Pilar, Blanca, Lola, Kika, Laura, Lucía, Carmen, Adriana, Jennifer, Ana, Mercedes, Emilia ........... Y a veces prefiero no entender ¿Para qué? Nunca voy a comprenderlo.

Busquémonos hasta encajarnos.

lunes, 9 de mayo de 2011

Lophophora williamsi: Peyote. La Droga sagrada




- Cuéntame cómo puedo hacerlo. Dime más.
- Es una movida tremenda Mario y no es fácil. Se trata de algo que rebasa límites entre lo real y lo irreal. ¿Entiendes?    
- Sí joder, ¿Cómo se contacta con ella? 
- No es sencillo, además no acepta a cualquiera, antes de hacer la "Esencia" tiene que aprobar a las personas que van a participar en ella.  Siempre en grupos reducidos de cuatro o cinco, decide si son válidos. Según dicen, ve dentro de ti, ¿Comprendes? Esa mujer  mira a través de los ojos.  Luego hace un ritual extraño con el que realiza la preparación de limpieza y pureza de cuerpo y alma, lo prepara todo para la experiencia… después está la droga. Lophophora williamsi. 
Peyote. 
- Sí, utiliza el peyote entre otras sustancias. Una vez lo dispone todo, se ingiere el peyote y el brebaje, después se marcha. Pero te digo, si quieres probarlo yo tengo un amigo que lo puede conseguir. No sé a qué viene tanta obsesión con ese tema de la "Esencia".  Además, no es una droga normal, no son porros ni  cocaína. No sé si estás preparado para algo así. No deberías pasar ciertos límites.
- Mirella cómo decirte, no se trata de probar una droga más, ni de curiosidad, es algo distinto, necesito hacerlo, va más allá de cualquier vicio.  Si tú no quieres, no lo hagas, pero respétame. Antiolo y Samanta quieren participar también... 
- Estáis todos locos. Pero... prefiero arrepentirme de lo que hice, que de lo que no. Voy.
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Como luz, el fuego, cada poco las llamas iluminaban los surcos de una cara duramente arrugada, quebrada por el tiempo. Sus ojos fijos eran de un azul descolorido por el uso de más de 70 años, sus manos torcidas y atrofiadas por las artrosis, atareaban algo.
Sentados en el suelo, en forma de círculo, cuatro jóvenes esperaban. La anciana esparcía hierbas y sales por el suelo. En el centro había una vasija grande de barro, que contenía tierra húmeda y huesos de animales. Les roció gotas de un líquido que apestaba a romero, carne podrida y azufre. Nacieron las primeras náuseas.
Empezó a preparar la mixtura. La bebió. Tornó los ojos y levantó los brazos. Empezó a recitar algo incomprensible para los presentes:
- Alahajio Alahajio surum tomlaja Alahajio estoram tossa gasurtha, Alahajio Diholo Alahajio. Vhan Diholo Vhan. 
De súbito el silencio, sólo los chasquidos de las llamas lo rompían cada poco. Cada vello, cada partícula de piel de aquellas cuatro personas se elevaba intentando salir de sus cuerpos. Pero ya era tarde, la "Esencia" comenzaba.
Encorvándose sobre cada uno, les dio algo que debían masticar y al momento el brebaje para beber. Sintieron un sabor exageradamente amargo, después el líquido afinó levemente el agrio de sus bocas. Ella desapareció al poco.
Los vómitos salieron de bocas como almas asustadas en busca de cobijo. La vasija de barro comenzaba a llenarse.
Poco a poco fueron sumergiéndose en el mar de sus miedos y verdades, navegando cada uno en sus barcas sobre un abismo de recuerdos y sentimientos. La caseta de madera donde estaban era entonces una infinita galaxia. Sentían flotar. A distinto ritmo y modo, cada uno iba encontrándose con puertos diferentes donde iban haciendo breves paradas. Encuentros con ancestros del pasado, errores olvidados, mentiras ocultadas bajo mantos de sonrisas...
Un padre muerto abrazaba de nuevo a su hija, un gato atropellado maullaba a su antiguo dueño, un billete enorme perseguía a su presa, ojos horrorizados contemplaban una escena de violación... Unos corrían despavoridos por la estancia, otros lloraban, otros reían. Vómitos de nuevo. Vasija casi repleta. Silencio. El mal iba saliendo despacio por sus bocas. Iban bien.

Poco a poco fueron volviendo en sí de sus viajes. Se escuchaban palabras sin sentido.  Se contemplaban y eran bellos, infinitamente bellos, no había defectos de fábrica. Sus rostros se transformaban en seres divinos, casi blancos. Se tocaban, sintiendo manos ajenas. Nació un extraño calor. Las ropas, un enorme estorbo, eran tactos de pieles-nubes, eran algodón. Suaves, calientes, idos de sí. Dejándose llevar por el "delirium" de la droga sagrada. El fuego se transformó en cascada roja donde se bañaban desnudos, rozándose, hombre o mujer, necesitando contacto. Se abrazaban, se besaban, se chupaban, se sabían dulces. Sobre la cascada de fuego comenzó un gran desenfreno de carne, etéreo y sobrehumano.

Tres de ellos despertaron después de largas horas, los cuerpos eran pesados, costaba una barbaridad moverlos. Todo les dolía. Desnudos o semidesnudos se observaban. Sonrisas y algunas lágrimas. Regresaban del viaje. Como todos los regresos, nostalgia y alegría a la par.
Pero ella no despertaba. "¿Estás bien? ¡Despierta! Mirella ¿Te encuentras bien?" Abrió los ojos y desconcertada les respondió:
- Sí, me encuentro bien, pero no me llamo Mirella. Yo soy Jacinto.

Confundidos se miraron "¿Jacinto? Pues bienvenido".

"Si que era fuerte. Sí."

jueves, 5 de mayo de 2011

Sólo vencidos




Tiene calor, mucho, el sol no ha sido benevolente en la mañana donde se forjarán nuevos destinos.
Mira hacia delante, dos monstruos inmensos se dibujan entre colinas. Frente a frente. Él debe dirigir los movimientos de uno. Aún no es el momento. No. Miles de hombres esperan, guerreros henchidos de rabia, adiestrados. Soldados capaces, valientes, seres forjados de hierro y carne. La mayoría no conoce otra vida que la guerra. Solamente han tenido ese derecho. Preparados ahora para el ataque o la defensa, según la juguetona suerte. 
Él, rey ambicioso, gran general, cabeza dirigente de miles de manos ejecutoras. No siente miedo, pero por primera vez repasa su larga vida. Erguido con porte firme y apariencia serena conoce que ha cometido injusticias y vilezas, sabe sin saberlo que quizá sólo sea su trastornada pretensión de ser el único dueño del mundo, lo que les lleva a todos a esa eterna lucha. De repente duda  si es necesario arriesgar tantas vidas para intentar conseguir un anhelado y codicioso sueño. Sí, se dice, lo es, las grandes causas sólo se consiguen con enormes sacrificios. Desde luego no el suyo propio.
Dibuja mentalmente los rostros de sus cuatro hijos varones.
También piensa en su esposa reciente fallecida, matrimonio basado en la unión de alianzas, mujer fría, distante, parca en palabras. Nunca la había amado, alguna vez le sintió cariño.
Piensa en su otra "Ella", sierva, después amante. Siempre a las sombras de una gran reina. Hembra discreta y talentosa,  perfecta en medidas, suave en textura,  hermosura única. 
Sabía entregarse a él con sentimiento puro. Innecesarios fueron oro y palabras con esa mujer. Amor por amor, cuerpo por cuerpo, alma por alma. 
 Recordó la noche donde se amaron quizá, por última vez. La penetró hasta las entrañas haciéndole sentir y saber que era sólo suya, convirtiendo placer y deseo en unión perfecta,  círculo cerrado. Ella gritaba muda, después complaciente chupó su sexo despacio,  llegando a la desesperación de su sentir en su cumbre más alta, hasta cubrir su cuerpo desnudo de nieve blanca. Ella no sentía deshonra por ello, le gustaba hacerle disfrutar por encima de todo. 
Inevitablemente sintió su miembro crecer. Sonrió adentro, su sexo no sabía distinguir entre momentos, aquel no era propicio. Cambió de pensamientos.
Pensó de nuevo en la cercana batalla, sabe que la tierra donde pisan pronto brillará por sangre y vísceras derramadas,  color cruel y bello al mismo son. Brillará. Después los buitres colmaran sus entrañas.
Siente que ganará la batalla, será rey de reyes, regresará a su tierra aclamado por todos, las gentes darán saltos de júbilo, el sonido de las risas ocultará el eco de los llantos, nadie podrá oírlos. No es fácil caminar por el desfiladero del Hades, todos no podrán salir de él.
También pueden ser vencidos, pero ese pensamiento no tiene cabida en su mente.
Vibra su cuerpo, el suelo tiembla.
Se acerca el momento, no hay tiempo de más, se ajusta el yelmo. Inspira férreo. Por último siente picor en la cabeza. Sonríe de nuevo. 
- Soldados ¡Combatir y vencer!  ¡Sólo victoria!- Aúlla.- ¡Qué la suerte nos acompañe o volveremos a vernos en el averno! -  Y bajando su brazo confirma sus palabras. Las cornetas apoyan su orden. Gargantas braman al unísono:
- ¡Combatir y vencer! ¡Victoria! ¡Victoria! ¡Por el Rey!

Miles de pies caminan hacía una encarnizada lucha. Unos pocos se mueven por lealtad a la patria, los mercenarios por oro.  Pero muchos no saben que es lo que les ha llevado a caminar hacia ese averno que su rey les grita. La mayoría de ellos obligados a alistarse en filas no tuvieron elección posible, arrancados de sus hijos, mujeres, hermanos, padres... Sin tiempo a disfrutar de sus vidas,  cambiaron existencias tranquilas por una posible muerte y causa.  
Pero ahora sobran los motivos.

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Y todos cayeron muertos en esa mañana de destinos, dos ejércitos mutuamente derrotados bajo el manto del sol como único testigo, sólo él quedó vivo. Solo en un mar de muertos que ya no podrían aclamarle nunca.

La ambición de pocos siempre dictará el destino de muchos.
 NADIE ganó ni ganará NUNCA  ninguna guerra. Pasadas, presentes, futuras.
Ninguna batalla tiene ganadores. Sólo vencidos.
Pero es difícil saber cuando los mortales se darán cuenta de esto.

Mientras tanto los buitres seguirán disfrutando .