He venido para ti. Para amarte, para odiarte.
Para creerte dueño mío, mientras soy yo tu reina.
Aunque tú duermes, yo siempre estoy despierta. Tu sueño se funde con el mío,
y tu virilidad se convierte en una masa vulnerable entre mis escamas, mis piernas.
Y cuando más me quieres, cuando más me necesitas, llega justo el momento de
morderte. Fusionándonos en un mismo baile, en el que tú vuelas, yo repto.
Y la sincronización existe.
Dices, mi veneno, es la paz de las sonrisas, aunque sabes que cualquier día, marcharé de tu sosiego, dejándote noqueado, como niño sin juego. Y aún así, morirías mil veces para nacer de nuevo, y conocerme en cada una de tus vidas, volviendo
siempre yo, a fundir tu
hierro.
Soy Cianuro, tienes razón.
Y te disfruto como te sufro, cuando muerdo tu cuello, tus brazos, tu pecho...
cuando recorro mi piel con tu pelo. Sabiendo mi boca a tu sangre.
Mi cuerpo a tu cuerpo.
Pero nada, ya sabes, es imperecedero.
Lo efímero, es éter. Lo largo, un agujero.
Lo efímero, es éter. Lo largo, un agujero.
Sí. Soy la Serpiente que destroza y reproduce pero todo lo compensa,
violentamente fuerte,
inmensa.
inmensa.
Soy eso que llamas Amor.