Craco había sido
reclutado para la maldita guerra otra vez y estaba cabreado.
Craco no tenía nada qué
añorar, pero no por eso deseaba luchar al frente para un puñado de
nacionalistas ansiosos de territorio y poder infructuoso. Su sueño no era morir
por los intereses trastornados de unos pocos, ni luchar por un estado que ni
amaba ni consideraba suyo. Pero había jurado fidelidad a una bandera casi a
punta de arma y no existía el "no" por respuesta.
Eran tiempos difíciles, tiempos en los que el mundo seguía luchando por su reparto a la par que se revolcaban como cerdos en el barro llorando hipócritas a sus soldados muertos.
A Craco no le gustaba la guerra. A Craco sólo le gustaban las mujeres y el whisky. Pero de nuevo tenía la oportunidad de demostrar que no era cobarde renegado de su patria y recuperar el honor de una familia que lo repudiaba, que regresase vivo o muerto daba igual si en el camino lograba algo. Pero él no tenía pretensión de ser orgullo de nada ni nadie.
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Ahora se encontraba en territorio enemigo, él y un grupo de novicios habían sido enviados como infiltrados en una misión de reconocimiento, a modo de imberbes kamikazes. La ciudad en cuestión era un hervidero de enemigos que iban forjando en piel un odio a fuego, hacia aquellos usurpadores extranjeros, a cada paso que la guerra avanzaba. La misión había sido un fiasco, regresarían a su campamento con las manos vacías.
Craco encontró un pequeño tugurio abierto para tomar unas copas antes de localizar a sus compañeros, debía rendir homenaje al que quizá fuese su último día. Era uno de esos locales frecuentados por indeseables que acaban convirtiéndose en un trozo más de la barra mugrienta, animales sin más olor que el del whisky barato.
Al poco Craco ya sentía explotar un volcán de saturación alcohólica en su boca, el dueño del antro le negó el acceso al baño, así que tuvo que salir fuera, el olor a pescado podrido del puerto inundó sus fosas nasales provocándole otro fuerte amago. Se apoyó sobre unas cajas y comenzó el mismo ritual que cerraba siempre sus verbenas. De repente escuchó unos pasos, se aproximaban botas militares. Craco vestía de civil y podría haber pasado perfectamente por un simple pescador borracho, pero la sensatez hizo que se ocultara tras las cajas. Eran tres, se detuvieron a su altura. Craco contuvo la respiración... Dos de ellos comenzaron a orinar, el líquido mojaba el suelo y se escurría tras las cajas escociendo las manos cortadas de Craco, estaba siendo meado por los enemigos antes de empezar la guerra, “mal asunto” pensó, pero lo peor estaba por llegar:
- ...esos cabrones van a sentir haber comenzado esta guerra, mañana su maldita nación quedará huérfana de hombres ja ja ja ja ja.
- Eso será si los juguetitos no fallan...
- No empieces con tus augurios pusilánimes. Nuestros científicos llevan años trabajando en ello, no fallarán, las últimas pruebas han sido más que favorables, un simple chisme de esos es capaz de volar varias casas. Lloverán vísceras y huesos, y por la noche lo celebraremos cenando soldaditos rojos a la brasa ja ja ja ja.
Cuando el sonido de las botas desapareció, Craco aún temblaba. El enemigo contaba con una nueva arma militar totalmente desconocida para su ejército grande pero arcaico, y parecía ser algo colosal. Era una información más que valiosa, era la información que salvaría a "su" patria de un final catastrófico y con la cual podría elevar alto su carrera militar. Esa información era un golpe de vida para lograr resistencia. Craco lo tuvo claro, se puso en pie y comenzó a correr, tanto que no paró durante horas...
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El suelo retumbó bajo los pies de Craco cuando escuchó el primer BOOOM, mientras desayunaba café y tostadas en un hostal a cientos de kilómetros.
La guerra había llegado a su fin. Y Craco más que un traidor, se sintió un héroe.
Eran tiempos difíciles, tiempos en los que el mundo seguía luchando por su reparto a la par que se revolcaban como cerdos en el barro llorando hipócritas a sus soldados muertos.
A Craco no le gustaba la guerra. A Craco sólo le gustaban las mujeres y el whisky. Pero de nuevo tenía la oportunidad de demostrar que no era cobarde renegado de su patria y recuperar el honor de una familia que lo repudiaba, que regresase vivo o muerto daba igual si en el camino lograba algo. Pero él no tenía pretensión de ser orgullo de nada ni nadie.
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Ahora se encontraba en territorio enemigo, él y un grupo de novicios habían sido enviados como infiltrados en una misión de reconocimiento, a modo de imberbes kamikazes. La ciudad en cuestión era un hervidero de enemigos que iban forjando en piel un odio a fuego, hacia aquellos usurpadores extranjeros, a cada paso que la guerra avanzaba. La misión había sido un fiasco, regresarían a su campamento con las manos vacías.
Craco encontró un pequeño tugurio abierto para tomar unas copas antes de localizar a sus compañeros, debía rendir homenaje al que quizá fuese su último día. Era uno de esos locales frecuentados por indeseables que acaban convirtiéndose en un trozo más de la barra mugrienta, animales sin más olor que el del whisky barato.
Al poco Craco ya sentía explotar un volcán de saturación alcohólica en su boca, el dueño del antro le negó el acceso al baño, así que tuvo que salir fuera, el olor a pescado podrido del puerto inundó sus fosas nasales provocándole otro fuerte amago. Se apoyó sobre unas cajas y comenzó el mismo ritual que cerraba siempre sus verbenas. De repente escuchó unos pasos, se aproximaban botas militares. Craco vestía de civil y podría haber pasado perfectamente por un simple pescador borracho, pero la sensatez hizo que se ocultara tras las cajas. Eran tres, se detuvieron a su altura. Craco contuvo la respiración... Dos de ellos comenzaron a orinar, el líquido mojaba el suelo y se escurría tras las cajas escociendo las manos cortadas de Craco, estaba siendo meado por los enemigos antes de empezar la guerra, “mal asunto” pensó, pero lo peor estaba por llegar:
- ...esos cabrones van a sentir haber comenzado esta guerra, mañana su maldita nación quedará huérfana de hombres ja ja ja ja ja.
- Eso será si los juguetitos no fallan...
- No empieces con tus augurios pusilánimes. Nuestros científicos llevan años trabajando en ello, no fallarán, las últimas pruebas han sido más que favorables, un simple chisme de esos es capaz de volar varias casas. Lloverán vísceras y huesos, y por la noche lo celebraremos cenando soldaditos rojos a la brasa ja ja ja ja.
Cuando el sonido de las botas desapareció, Craco aún temblaba. El enemigo contaba con una nueva arma militar totalmente desconocida para su ejército grande pero arcaico, y parecía ser algo colosal. Era una información más que valiosa, era la información que salvaría a "su" patria de un final catastrófico y con la cual podría elevar alto su carrera militar. Esa información era un golpe de vida para lograr resistencia. Craco lo tuvo claro, se puso en pie y comenzó a correr, tanto que no paró durante horas...
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El suelo retumbó bajo los pies de Craco cuando escuchó el primer BOOOM, mientras desayunaba café y tostadas en un hostal a cientos de kilómetros.
La guerra había llegado a su fin. Y Craco más que un traidor, se sintió un héroe.
Creo que las guerras no hacen heroes... solo victimas...
ResponderEliminarGRANDE TU RELATO... tan grande como una micronovela.
Saludos ;)
Lo que es muy listo, no me jodas es súper realista, yo tambien me habría largado por patas XDD
ResponderEliminarNi le interesaba la guerra ni nada, además de realista fue bastante consecuente. Ahí se maten que yo me piro jajajaja.
Genial! Un beso.
Por cierto, el nuevo estilo del blog mola pero echo de menos tu cabecera, molaba..
ResponderEliminarEstupendo el relato en general y excelente el final totalmente inesperado por este menda. Putas guerras. Nada que añadir. Bueno sí: Cuanta luz, me gusta el nuevo formato, facilita la lectura, un detallazo.
ResponderEliminarSaludos desde la cola del obús que puso final a la guerra.
Me gustó muchísimo el cambio de aspecto del Blog; lo único es que me costó bastante leer los comentarios, el contraste es muy bajo me parece.
ResponderEliminarCon respecto a Craco, una historia muy emocionante, cruda y verdadera. En el concepto político-militar ser un heroe es perder y quitar la vida por el capricho o el bolsillo de otros,
Muy sabia, muy vital la corrida de Craco,
un abrazo Imilce, felicitaciones por el cambio de look.
Me gusta este estilo crudo. Me gusta el personaje. También el final. Es muy difícil pensar en traidores en una guerra. Es el todo vale.
ResponderEliminarNo sabría decirte, es de esos relatos que me descociertan. No sé qué pienso aún de Craco, si es un cobarde o si, por el contrario, hizo bien sacando su pellejo de dónde ya todo estaba vendido.
ResponderEliminarNo lo sé, si él se siente bien...será que lo hizo bien.
Me ha gustado el relato pese a que me vas a fastidiar el día dándole vueltas al asunto de qué "cajones" haría yo en su piel.
En las guerras casi siempre hay dos bandos, los invadidos y los invasores, no justifico ni a los unos ni a los otros, pero me parece mas noble, defender lo que es tuyo, que robar por la fuerza lo de los demas. Desde luego, no considero que Craco sea un cobarde; si un desarraigado, luchando encima obligado en un bando de cabrones expansionistas. Cuando en el concepto de patria se pierde la nobleza y aquellas cosas buenas por las que uno se puede sentir orgulloso de su pais, desaparece cualquier sentimiento de pertenencia a esa "patria". Craco es un hombre libre y no dire si decidio mal o bien, simplemente decidio lo que sentia... Bien por Craco. Un beso Imilce.
ResponderEliminarSorpendida por el cambio de apariencia, pensé que me había equivocado de blog...
ResponderEliminarMe gusta tu relato y, como casi todos, su final hace reflexionar. Realmente no se que haría en el lugar de Craco.
Puede que, efectivamente, haya que ser más valiente para alejarse que para quedarse.
La guerra es una extraña droga que suele enganchar a quien la prueba. Bueno eso me contaron siempre. Pero tu héroe parece que se curó de la adicción.
ResponderEliminarUn buen relato, has cambiado de diseño. Un saludo después de esta prolongada ausencia vacacional.
Hola, llegué hasta aquí a través de un blog amigo, me pareció muy bueno tu espacio, voy a quedarme por aquí como seguidor, si me permites.
ResponderEliminarSi tienes ganas (no lo tomes como un compromiso), te invito a pasar por el mío.
Un saludo desde Argentina. HUMBERTO Dib --Este comentario lo he visto copiado y pegado tal cual y textual en muchos blog por este Sr. sin dejar comentarios sobre textos, sin hacer análisis y estoy preguntando si eso es ético, ya que veo que se crea un vacío, no aceptable, hay un uso de la persona, me llamó la atención que este señor, sigue miles de blog, dejando el mismo comentario, los pega en todos, cada uno verá cuanto exige al lugar que pone tiempo y cariño para su creación, así todos seguiríamos miles de blog. El sigue miles ocultos, para simular su estrategia poco ética, todos comentaríamos en mil blog, sin leer el post y pegando el comentario que os han dejado. Si protestamos por todo, es asunto este que deberemos analizar, todos aquellos que hemos caído en lo que creo en una acción desleal, que la permite este medio. En resumen significa que le interesa dos cominos al blog que arriba, ya que busca seguidores, y no vuelve a dejar un comentario, sino el copiado que os dejó a todos, y por primera y única vez, ya que tira el anzuelo, o se hace seguidor sin dejar comentario, total sigue miles y los oculta, para evitar la evidencia. Mi nombre será a partir de ahora ENFOQUE. Solo haga clic en un blog que lo sigue a él, y busque su comentario, todos son iguales al que le dejó a usted, los pega, claro a partir de este 25/9 me alegré, ya que el buen hombre cambió urgente sus comentarios, dejó de ser frío y usador. Así que cuando dice: me pareció muy bueno tu espacio” mi amigo, ni leyó su texto. Muchos usarán esta modalidad, pero es bueno ir sabiendo donde hay algunos baches. A que no vino nunca más a ver cómo van tus entradas? Llevo registrados más de 100 blog con el mismo comentario, pensará que somos estatuas de una misma horma. El hombre quiere pescar lectores, esa es la mentalidad de hoy lee lo mío, lo tuyo me importa dos rábanos, esto no es difamar, ya que es verdad y cualquiera lo puede comprobar, yo me he tomado esta molestia, ya que aprecio a los que abren un sitio, pero detesto a los que utilizan a las buenas personas. Ok. Es obvio que no vino más por su sitio, no le interesa en absoluto, ahora sabemos su juego. Lo haremos trabajar como todos somos recíprocos y algo solidarios, y entienda algo dónde tiene su propia dignidad, de seguro ustedes no quieren que a vuestro blog, lleguen de la forma que lo aplica don Humbertito. Ahora se está defendiendo, y ya se aprecia el nivel social, en el cual vivimos, de algunos de sus seguidores, es decir: hay mucha gente incauta, que desconoce el verdadero propósito de mí anónimo, por algo está en Blogger, y es para avisar dónde hay estas actitudes, que seguidores distraídos y bien dispuestos no se percataron de las jugarretas de algunos sujetos, nadie pone aquí en tela de juicio sus post, (sería otro análisis), Es comprobable lo que estoy advirtiendo, pero sabido es que hoy lo que predomina es la superficialidad, y muchos se conforman, es más fácil ocultar que han sido engañados a tomar cartas en el asunto, y hasta lo defienden con argumentos tristes, y están los que también usan y van en su salsa, también hay abogados (seguidores) para la gente poco honesta y clara. Pidámosle a este buen hombre que ponga en su perfil, los blog que sigue, sí, nos asombraríamos, serán miles que “sigue” claro y obvio, que no sigue a nadie, yo lo seguía y fui avisado, el hombre ya RECONOCIÓ que pegaba los comentarios, buena estrategia con la escusa, debería pedir disculpas serias, si por ende estamos llenos de sujetos arrepentidos, sabemos perdonar, pero nos agrada saber con quien tratamos o NO. Estoy indicando donde está el puente roto, como un cartel, que no dice “Fulanito” pero que útil nos es, ya que estaremos atentos a este tipo de acciones, en el futuro. A veces sociedades anónimas hacen el BIEN.
Magnifico relato!! Me siento identificado con Craco en casi todo, y casi puedo afirmar que haría lo mismo que él!! Nadie se va a acordar de él tanto si vive como si muere. Así que hizo bien.
ResponderEliminarMe gustan las historias de guerras y esta es muy buena!! :)
Me encanta la foto y el nuevo toque que has dado al blog! Aunque echo de menos las manos de la cabecera! ;)
Un besazo linda Imilce!!
Muy buena historia, aunque no me gustan las guerras me ha gustado como nos lo cuentas.
ResponderEliminarNo sé si Craco es un valiente o un cobarde no me gusta juzgar a la gente. Ni siquiera sé lo que haría yo en su caso.. Porque para eso hay que vivirlo… y ojala no lo hagamos nunca.
Un bessito preciosa
Joder y yo sin saber de la existencia de este relato...intento ir al día pero siempre se escapa alguno, me encanta, aun sin ser de mi estilo, en apenas unos párrafos consigues contar toda una historia de guerra...increíble, aunque poco sorprendente viniendo de ti.
ResponderEliminarLGA