
De verdad, no es porque me encuentre triste. No es porque sea incapaz. O que me corra hielo por las venas y arda por fuera. A lo bonzo no sería mi sistema.
Escucho sonidos. Escucho música
francesa.
Escucho al mechero sin piedra,
jé.
De verdad, no es porque me encuentre triste, no es porque esté sumida en pena.
De verdad, no es porque me encuentre triste, no es porque esté sumida en pena.
Pena siento del mundo que me rodea.
De que me mienta. El mundo siempre será mi problema, y a la vez yo seré su
contratiempo. En contra de todos los vientos. Gases tóxicos y todo eso.
No hay profundidad, no hay buena
escritura. No hay mucho aquí, pero en casi ningún sitio. Muérete y vuelve a
vivir, yo que sé, hoy no se me ocurren más ideas.
Podría escribir relatos de
otros. Podría escribir mi puta vida que no interesa una mierda. Pero joder, hay
demasiadas lágrimas. Están las macetas repletas. Pero es lícito decir lo que
a nadie le interesa. Mira la tele, mira los periódicos, mira la iglesia.
El sitio muere. Evidentemente.
Yo no, yo estoy viva. Nadie ha intentado matarme, al menos no hoy. En las
ciudades pequeñas casi nadie intenta matarte, como mucho no ayudarte con las
bolsas de la compra. Todos tenemos prisa, así que os perdono.
No, en serio, no lo repitas. No es porque esté en sol de tristeza. No, no me jodas con eso de que me quieres. No hables de que sin mí... porque me meas la vida con tu miseria.
No quiero que el mundo me mienta, pero jé, que sepáis hijos de puta que me doy cuenta.
No, en serio, no lo repitas. No es porque esté en sol de tristeza. No, no me jodas con eso de que me quieres. No hables de que sin mí... porque me meas la vida con tu miseria.
No quiero que el mundo me mienta, pero jé, que sepáis hijos de puta que me doy cuenta.