imagen: Imilce
Hay noches que al poco de largarse, ya son
carne podrida. La mañana se abre casi limpia y la vida huele a
descarga eléctrica y a desinfectante barato.
Césped recién regado despierta la cuidad. Montones de pestañas parpadean al unísono, robotizadas. Montones de pestañas sueñan con despertar.
Césped recién regado despierta la cuidad. Montones de pestañas parpadean al unísono, robotizadas. Montones de pestañas sueñan con despertar.
El
café convulsiona y exhala elixir de resurrección. El
mundo me infecta a base de mosquitos, hijos de olvidadas
fosas sépticas. Rasco mi brazo izquierdo, como el país recae sobre
la zurda cuando las equivocaciones la pulverizan, y se aferran al filo derecho
de la balanza supuestamente, segura. Todo rancio, sí, da igual el brazo a
rascar, el veneno, es el mismo. Como poner el cuello en la horca y sonreír para
la foto del DNI. Soy un número precioso, incluso soy más que las piedras que embellecen los extrarradios no-urbanizables. Soy incluso una
persona, identificada, que no fichada dicen los que organizan el cotarro. Plas, plas, plas. Soy participante del género que
define la evolución (Me pregunto entonces, qué será la involución).
Repaso rápido entre sueño y cansancio. Me
llamas y nos recordamos unos minutos mientras se enciende y se apaga una luz. El fuego también se extingue sin agua. Y no deberías llamarme, ni
respirar la contaminación que pervierto con mi aire todos los días, igual que
riego mis flores y piso mi suelo descalza. Pero hacemos de las
promesas, mentiras. Y de las verdades, promesas.
En poco llegará Septiembre, llegará como
llegó Mayo, Enero o Noviembre, llegará como entran los días por mi puerta, me
despiertan y se marchan manchando la cama de malas ideas, o sueños imposibles,
aunque a veces no tan perturbados, como coger el próximo tren
hacia la bendita nada. O silenciar el despertador y no mirar más que la
almohada, mientras cosquilleo, abriendo mis piernas al mundo que cierro en mi
cabeza. Y puuummm, desaparece. Se engulle como las monedas en las fuentes que
de tanto deseo incumplido, desbordaron el agua.
Pero sí, llega Septiembre, y no hay
regresos para los que terminamos ya el colegio.
Así que igual que despiertan los meses, me
levanté esta mañana, y no maldije, me vestí, me calcé, me peiné. Con
apetito muerto varios días, y una mezcla de asco, azul y desgana. Pero abrí la
puerta. El ascensor olía a suciedad humana y sólo eran las 8 de la mañana.
Escaleras. Motor. Marcha atrás, hacia delante, quinta contradicción A.M.
Y lo que nunca acaba, se reactiva.
Y lo que nunca acaba, se reactiva.
Sí, esta mañana nació un lunes, uno más.
O uno menos.
Con cada amanecer la vida se pone en marcha, auqnue nunca es igual para todos. Los lunes, las doces, los eneros...todo se reactiva menos lo natural, que se marchita para no volver jamás a este mundo de mierda.
ResponderEliminarUn abrazo Imilce. Disfruto leyendote y hoy me ha coincidido así.
Gracias Manu, es recíproco eso de leernos.
EliminarUn besazo
Todo depende del cristal con que se mira...o no, o que se yo! :D
ResponderEliminarBesos.
¿Así que comenzaste hoy?... Con el coraje del superviviente... Incluso lo que nunca acaba, un día tiene que acabar... Nada dura para siempre... menos mal. Besos.
ResponderEliminarHay que ponerse en marcha, aqui este lunes es feriado, mañana sera como tu lunes
ResponderEliminarUn abrazo
Llegará septiembre, pero también otros lunes...Un abrazo.
ResponderEliminarAunque no lo veamos cada dia es distinto, tomamos locomocion y no es el mismo chofer, pero como no lo miramos da lo mismo, a veces me paro y miro mi rosa y veo un brote nuevo. Otras como de Truman Show, repito una rutina, que no me dice nada, ¿sera que no se mirar?
ResponderEliminaridentificación y paso el tiempo. Son coordenadas chungas. Estamos jodidos sin duda (punto o exclamación, según gustos).
ResponderEliminarVeo el mismo escenario.
ResponderEliminarY me decanto por un lunes menos.
Esto sería insoportable toda la eternidad.
Besos.
Sólo tú tienes la capacidad de cambiar los lunes que no te gustan por otros que te gusten un poco más. Mira, por un martes que me levanto positiva!
ResponderEliminarAh, los anuncios del Corte Inglés...
ResponderEliminarChatnoir: Yo soy de asomarme a todas las ventanas. Incluso a veces me faltan ventanas por las que mirar. Pero hay lunes, que están pegadas con pegamento extra fuerte, y no hay dios que las abra.
ResponderEliminarUn beso guapa.
Lázaro: Comencé, comencé. Algún día acabará, sí, pero en el fondo no me gusta mirarme los pies, y pensar en que algún día no caminarán.
Abrazo grande :)
Lapislazuli: El motor está encendido. Mientras no gripe. (Lubricante, pues). Besos de martes que parecen lunes.
Darío: Hay lunes bonitos. Y Septiembres con abrazos.
Uno de ellos para ti.
Peregrina: Sabes mirar, porque ves crecer tus rosas :)
Advenedizo: Exclamación suena mejor, yo que sé.
Besos
Toro S.: La eternidad es atractiva, pero desde luego no es este planeta.
Un beso.
aina: Me alegro de tu martes guay. Mi lunes fue una mierda porque regresé de vacaciones. No podía estar más jodida, luego al final, te haces.
Besos
El hombre de Alabama: sí jajajaja todo la culpa es de los grandes almacenes. Buen punto de vista.
Un lunes traumático... espero que la rutina no siga devorándote por mucho tiempo :)
ResponderEliminarUn besito.
Antes de irte te tirabas por un acantilado. Has vuelto y sólo tienes un mal día. Se ve que la progresión ha sido inmejorable, así que ojalá que en septiembre seas feliz.
ResponderEliminarUn besote!
Hay días así, donde todo huele a rancio.
ResponderEliminarDías azules y días grises.
Pero el desánimo también pasa y vendrán días mejores.
Me gusta la fuerza que pones en tus textos.
un abrazo.
Ina: Me devorará y la devoraré :)
ResponderEliminarBeso bella
Sbm: La caída del acantilado fue como desconectar la tele de cuajo y oír el silencio. Y volver a los lunes ha sido como conectarse otra vez al ruido, al asfalto, a las no-personas.
Suena mal el besote, tiene rima XD, así que te mando un besito.
mariola: Sí, también hay días que huelen a sal y a cosas bonitas.
La fuerza es lo básico, sin ella ni lunes, ni martes, ni jueves...
Un beso guapa
Paisajes escritos los tuyos, si. Detalles que muestran la verdadera realidad. Me gusta mucho la parte del brazo izquierdo; es curioso los pocos sinónimos de derecha que hay y cuantos de izquierda existen, al menos en castellano. Tiene explicación, si, no es el lugar, pero la tiene. Me gusta que esté ahí, entre el resto de cosas que muestras. Ya sabes que las palabras me cuestan, aunque las persigo y las conozco cuanto puedo.
ResponderEliminarUn abrazo, cada vez lo haces mejor, me alegra venir y sorprenderme.
Porque tú siempre sabes leerme entre líneas... a mí me gustaría que volvieras, ya sabes, pero no te doy más el follón con el tema.
EliminarOtro abrazo grande.
Ah y quiero la explicación en privado, anda!
EliminarAlgunos lunes suelen ser bonitos pero otros pesan demasiado y parece alargarse el día. Muy linda entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarDemasiado lunes... muchos de ellos, son demasiados. :) Abrazo!
ResponderEliminarMe ha encantado! tu blog va a costar mi despido después de tantos años en la misma empresa, en la que también parpadean millones de pestañas al unísono, y en la que también parecemos robots...tu hablabas del mundo, yo me ciño a una sola empresa, ¿pero no es lo mismo más o menos?
ResponderEliminarMe ha encantado esto:
Pero hacemos de las promesas, mentiras. Y de las verdades, promesas.
Es fácil copiar texto y pegartelo como dando señal de que lo hemos leído, pero lo difícil es entenderlo, a veces, confieso que tengo que leer la misma frase muchas veces (tuya me refiero) y cuando he digerido ya todo vuelvo a masticarlo lentamente, porque no se si me gusta más cuando te leo de primeras o cuando ya lo tengo masticado todo y voy a digerirlo, en definitiva, me encantas, enserio.