(Game Over IV en: http://miguel-bujan.blogspot.com.es/2012/07/game-over-iv.html)
Con la conquista de Los Veintinueve Universos, cada héroe de
guerra había sido congratulado con un planeta, tamaño, según méritos
conseguidos. AgRQu1nc3 gozaba de una preciosa esfera de colores. En ella había construido una plataforma inmensa
para vivir cómodamente.
Milk estaría
bien allí, prepararía todo para su estancia en la zona privada de su lar.
Mientras alimentaba a la
cría con una mezcla vitamínica apta para su organismo, sabor químicamente afrutado,
pensaba de nuevo en la desemejanza de sus orígenes naturales con la de los
humanos. Las hembras de su raza, elegían a los machos adecuados para cada cría.
El proceso protector materno era dilatado, las madres nutrían a sus brotes con
su energía hasta completar la etapa de maduración. Después, extinguida de
combustión vital, moría, dejando un ser adecuado a las necesidades de
producción en su lugar. Nadie sentía pena por cada madre finada, pues era una
muerte prevista, lógica, natural. No era un sacrificio, ni una muestra de amor maternal. Era la ley de sus savias. Muerte necesaria, vida organizada.
Con el
progenitor masculino el vínculo era distinto, los machos preparan física
y mentalmente a sus frutos. Cada padre, maestro de su vástago. Dueño de su
futura disciplina y posterior culpable en caso errado.
AgRQu1nc3
sintió algo parecido al frío de un hielo sobre su cuerpo caliente. Jamás había
planteado con tristeza aquel organigrama impecable, dictador de su existencia. Acumulaba cierto cariño hacía sus progenitores, pero no
era un amor familiar, sólo un agradecimiento hacía los autores de su vida. Nada
más.
En su especie, la
función sexual era únicamente reproductora, por placer estaba
totalmente prohibida bajo muerte. A pesar de esto, tenían necesidades
sexuales, que sin más remedio restituían sin compañía.
Pensó
entonces en el sexo humano. En la importancia que ellos daban a tal acto.
Haciendo de él, el pretexto esencial para una vida placentera... Nunca los
entendería, pero curiosamente sintió un cosquilleo extraño…
Me está dejando flipada la "saga" que has (habéis) empezado. Seguid así!! y felicidades por lo que estáis creando :)
ResponderEliminarGracias guapa,
EliminarUn beso
Qué suerte del que es menos fértil y necesita de muchas pruebas para conseguir que cuaje el acto, ¿no?
ResponderEliminarAunque también pienso yo que el sexo está sobrevalorado.
este relato no lo entiendo,
ResponderEliminarno puedo entender el razonamiento de esa raza!
jaja
beso
No sé por qué pero me da que la cría de humano le va a traer más de un dolor de cabeza a AgRQu1nc3. Estoy deseando leer el capítulo VI, os está quedando de lujo, Sunshine.
ResponderEliminarDamisela cuánto tiempo!! nos tenemos que poner al día!
EliminarSunshine sigue dando aire a la hoguera.
Mon dieu, por una vez celebro ser terrícola. Ains.
ResponderEliminarAlucinantemente bueno otra vez.
ResponderEliminarMi aplauso.
Ese cosquilleo...
Besos.
Alguna cosa buena teníamos que tener no?
ResponderEliminaren la pasada entrada le motivaron los sentimientos y las emociones que somos capaces de transmitir, en esta con o sin sentimiento el sexo que no deja de ser una emoción también...
Al final este androide será el que más ha acertado en la conquista del planeta?
Genial la entrada... no dejas de sorprenderme.
Besitos mediterráneos.
Lo siento por Miguel Bujan, pero me siguen gustando más los giros que le das tú a la narración, esta parte quinta está genial. No obstante, si no lo digo reviento, esta historia ya quedaba más que bordada en su entrada original: el primer "Game Over", con ese trasfondo irónico que dejaba en ridículo a la especie humana.Besos y más besos.
ResponderEliminarBueno pero así es más divertido.
EliminarUn beso
Mezcla explosiva de estos seres que has inventado. Eso de desarrollar sentimientos les va a derrumbar su trabajo conquistador. Veamos cómo sigue, que esto es una intriga.
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