Imaginar que todo cambia de posición, sentido. Color.
Los
caminos se evaporan, no hay señales que seguir. Lo rojo es amarillo, lo
amarillo, gris. El cielo, en búsqueda y captura. Los árboles, palos de
pegatinas. E igual que los caminos, las manos pierden las señales que las
marcan. La música, se des-inventa.
Incluso
el Señor del infierno sentiría pavor. Además no soportaría este calor.
Si
todas las puestas de sol cambiaran del refulgente al opaco. El oxígeno por cenizas de baladre. Si el azúcar fuese granulado de
asfalto. Si la sangre perdiera la sublimidad del rojo...
...Pero
dicen que no pasará, lo dicen ellos,
aquellos que rezan por todos los que no. Ellos, no sé bien quiénes son. Quizá tu madre,
o la mía. Quizá el señor del estanco. O todo Paco que vive en cualquier calle.
No sé. Mi abuela decía que mientras alguien rezase, todas las almas
estarían salvadas. Pero yo tuve que dejar de creer en muchas cosas, para poder
hacerlo en otras.
¿Y
sabes eso de vivir en una caja de zapatos con gotele de los años 50? Por eso sé
que aún alguien reza.
Cordero
de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de
Dios que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Pero
el cordero se comió la paz, y vomitó el pecado.
Es el
desequilibrio del mundo. Como aquella película que veía de niña, El laberinto, en una escena de
escaleras. Sin sentido, torcidas. Extrañas, sin fin...
-Disculpe,
¿Hemos llegado ya al Caos?
-No,
es la siguiente parada.
-Entonces
me da tiempo a otra canción.
Hablo
de 35º grados de primavera. De paraguas sin pareja para salir a bailar. De
un chihuahua degustando solomillo en plato. De niños comiendo mierdas de
vaca en suelo. De manifestaciones no escuchadas. De corbatas que no ahogan.
De
que donde acaba el interés, empieza la belleza. Por eso es que sólo veo
deformidad, y en ella, no hay un ápice de hermosura.
Pero
incluso cuando lleguemos al caos, sé que siempre quedarán las flores, y a
ellas, nunca las escuché rezar.
El principio me ha evocado una especie de apocalipsis daltónico.
ResponderEliminaro 3D jajajajaja
EliminarDame de tu cerebro, vengaaa no seas rata...
ResponderEliminarBesos.
Genial Imilce.
ResponderEliminarJajaja, y vino la hija prodiga a llenarnos de agujeros el horizonte realizados con su indice a medio paso entre la pintura y la magia. Ni el demonio aguantaria el calor humedo, ni en el cielo el torrido aliento de los susurros subliminales. En fin, en el fondo entiendo tus ausencias.
ResponderEliminarTus palabras liquidas tardan dias en licuarse y el producto dias en equilibrar su concentración, sólo se que al final, cuando apareces, es como que pongan tu pelicula favorita en la cartelera, o tu plato en el menu. Pero siempre consigues la misma cosa satisfaccer por igual las dos caras de la moneda.
A ti por crearla y al que viene a recogerla, por lanzarla. Si yo soy demasiado yo, estoy encantado de conocerte.
Por cierto... por cierto... por cierto...
ResponderEliminarPerdón que me había atascado.
Dos momentos de oro... lo del cordero y el pecado... y el dialogo del metro... quien come canciones entre paradas, sabe donde bailas.
cuando todo acabe
ResponderEliminarvoy a buscarte con una flor...
Es que escribes de manera que tus palabras se clavan en la piel, eres brutalmente buena, qué quieres que te diga, y lo mejor es lo poderoso de tus imágenes y lo certero de tus palabras, muy grande, chica, muy grande.
ResponderEliminarTen por seguro que siempre encontrarás alguna flor en mitad del vertedero.
Besos.
Teorías del caos...
ResponderEliminardonde acaba el interés comienza la belleza... ummmm... yo mejor diría, donde el interés no está alienado la belleza es verdadera. ahora puedes mover ficha, si quieres...
ResponderEliminarTan incisiva como bipolar... y es que leerte es mamar realidad sin pelos en la lengua. Hay veces que en lo crudo esta la belleza de la palabra, la que arranca la piel a tiras para que de una vez comprendas lo que está ahí...
ResponderEliminarBesos almendrados ;)
lo malo de la belleza del caos es que solemos formar parte de ella
ResponderEliminarun beso
Rezo, para ganarme mi infierno cotidiano. No quiero ir al cielo a seguir rezando...Un abrazo.
ResponderEliminarNo hablas, MUERDES.
ResponderEliminarLas rosas?... azules????
ResponderEliminar=))))))
Hay demasiados rezando por los demás, vendiéndonos una salvación que no queremos... ¡Que se vayan ellos a ese cielo lleno de mierda!¡Que nos dejen vivir en libertad!... Que nos dejen crear nuestro propio cielo, que es bien sencillo: vivir en paz... solo vivir y ya está.
ResponderEliminarImilce, como sé que me aprecias, te robo una frase para mi Blog... es que me ha gustado mucho; una, porque me identifico y otra porque dice mucho con poco: "...tuve que dejar de creer en muchas cosas, para poder hacerlo en otras".
Yo no rezo por ti, amiga, solo te mando besos.
Toda toda tuya, Lázaro.
EliminarRealmente BUENISIMO!!!!
ResponderEliminarMe encanta leerte.
Un abrazo!!!
Bang. C'est Mariette, cheriè.
ResponderEliminarNecesito escribirte un par de cosas, pásame tu correo y hablamos.
Si no fuera por el disfraz de ciudad maltratada que tengo, te diría que estoy teniendo un orgasmo...Estuve buscando al autor de la foto y no lo encuentro (seguiré mirando).
ResponderEliminarbsos
No se que decirte, estoy sin palabras. Me ha encantado todo lo quehas dicho y tan cierto...
ResponderEliminarAlli donde hay una flor hay esperanza. Un bessito flor
Porque las flores se limitan a ser...nada más.
ResponderEliminarBuen relato, Imilce.
un abrazo.
Menos mal que las flores no rezan...pero si nos impregnan de vida, simplemente con su aroma...
ResponderEliminarUn relato como siempre que no deja indiferente.
Un abrazo.
Una flor es para mi un universo paralelo donde se vive mejor solo con mirarla. Estupendo relato.
ResponderEliminarSaludosss!!
andaba visitando blogs y cai en el tuyo. Muy bueno lo que lei aqui.
ResponderEliminarun saludo!
Contundente visión de una realidad que no deja de sorprender...
ResponderEliminar... sobretodo, a 35º grados de primavera.
Compruebo de nuevo que la Bipolaridad en ti no es motivo de dispersión más bien de una rara adapatación que permite que disfrutemos de unas letras que caminan solas...
Siempre una maravilla leerte, Gracias por compartir
Besos desde el otro lado de la palmera
Hay días (semanas... meses... años....) más negros que otros, cierto?
ResponderEliminarYo agradezco que en mis momentos de oscuridad, siempre hayan seres que con dos palabras puedan iluminarme el camino de vuelta.
Gracias, Imilce. Gracias por tu estar.
Te abrazo.