imagen: Imilce
Yo soy
el parásito que viaja tu cuerpo. El comensal privilegiado en tu
cabeza, hoy de nuevo para comer, cerebro.
Barrotes de hierro. Sonsonete sin
ritmo.
Yo soy el desierto de tus noches. La mordedura.
Yo soy tu primer vaso de agua
infectado de apatía. Tu café con sacarina, tu cerveza sin alcohol.
Yo soy la prueba de que el sinsabor mata.
Yo no te espero, te actúo, mientras no te inmutas viendo telecinco. Mientras tus
venas se entremezclan con las raíces exánimes. Mientras te anclas a un puerto
evaporado, sin barcos, sin sal, sin niños riendo, sin manos cuarteadas de
marineros. Sin faro ni marejadas.
Yo nazco del alucinógeno que no te
atreviste a probar. Emano de tu miedo a tocar la piel ajena. Yo afloro de la
vida de tu soledad. De tu sueldo mínimo interprofesional.
Yo soy el engaño en metadona. La mesura artificial.
No hay
ciencia que me erradique. Ni médico que me sepa. Tan sólo desaparezco si abres
la puerta. Si el aire mueve tu pelo. Si la risa vuelve a estallar. Si tu cuerpo muda la piel.
Te sitúas bastante alto y me gusta leerlo. Si ser parásito es eso, yo quiero.
ResponderEliminarMe has recordado que un amigo me dijo una vez "ya se que eres de las que le gusta taladrar cabezas". Me lo tomé como un cumplido. Parece que a ti también :)
Un besito.
i can't get no
ResponderEliminarsatisfaction...
Telecinco? Por el amor de un dios.
ResponderEliminarme has emocionado, estoy últimamente con la lágrima floja y el mudar la piel me da entre ceja y ceja
ResponderEliminarabre la ventana, hace un día estupendo para el suicidio del yo
Creo que todo es superable con ganas y bla bla..., ya sabes...
ResponderEliminarLo que no es siquiera imaginable (para mí) es la cerveza sin alcohol... NOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!
><
Tengo un problema con la deshidratación por depre... así que la cerveza viene siendo mi equilibrio electrolítico, jaja
Te abrazo.
El gusano de la quietud... Lo he visto despertar dentro de la cabeza de muchos tele-evidentes de la realidad, su gusanito despierta cuando sueña con las crisálidas (pesadilla!)... ese gusano es un Peter Pan de la conciencia.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Ves... no puedes escribir esto y desaparecer durante una semana, jajaja es cruel, aunque tambien entiendo que si se abre la puerta todo lo viciado desaparecer y es esa oportunidad del cambio lo que realmente te extermina mientras que el ganando abotargado va rumiando lentamente su vida hasta despertar ya en la calle, sin saber como ha llegado a ese lugar.
ResponderEliminarAunque seas lo peor... por mucho que se luche siempre estaras ahi y al menos en este caso, tampoco eres tan mala y si sobra cerebro para que te alimentes de él, la coexistencia parasitaria se convierte en simbiosis ya que aletargas las sensaciones hasta volver la carne de corcho y el cerebro en pure de patatas.
Olé, olé y olé, Imilce, me ha encantado, soberbio!
ResponderEliminarSi no sopla el viento, el pelo no se te va a mover. Soplá, o yo te ayudo, pero eso, tiene que salir! Un abrazo.
ResponderEliminarTantos parásitos...
ResponderEliminarPor todas partes parásitos.
Dentro.
Fuera.
En el pasado.
En el futuro.
Son demasiados.
Besos.
Realmente como parásitos nos comportamos en cuerpos ajenos. Saprobios somos que nos alimentamos en el interiror de los demás, pero también somos comida para otros. Es un ciclo...
ResponderEliminarA veces tus palabras logran inocular imagenes en mi torrente sanguíneo... parasitarlo por momentos creando esa atmosfera bipolar que tanto me agrada sentir.
ResponderEliminarBesos almendrados ;)
Caray Imilce, ya sólo el comienzo me recuerda a la película Hannibal,pero espero que esto no tenga que ver con eso, con el origen del mal...
ResponderEliminarImpactantes siempre me parecen tus entradas ya que no apasan desapercibidas!!
Un abrazo.
también podría titularse del parasitismo peligroso, o del excelso parasitismo. Interesante. Si seguimos vivos es por una compleja red parasitaria que anida en nuestro interior, es importante ser conscientes de ello.
ResponderEliminarY sin duda, aún quedará una pequeña larva que esperará su momento. Porque la vida es conformismo encapsulado a la espera de un buen momento para ser abierto e instaurado como nuevo regente. Y cuando no, es aprendiz de vida. La ambigüedad siempre presente, emana de sitios contradictorios, siempre engañando a la conciencia. Nos parece apaciguador, y después aquello que deseamos y no nos atrevemos a tocar.
ResponderEliminarFumiga, si.
Un beso.
Joder Imilce...¿Por qué tengo la sensación de estar mirando un espejo? Menos mal que añades un antídoto sencillo y esperanzador.
ResponderEliminarPD: Aun doy gracias al cielo, con sus tormentas, que me tiraron al suelo la vieja antena de televisión. Después pasó bastante tiempo, el suficiente para que, aunque he vuelto a tener antena, haya perdido la costumbre de ver la tele. ¿Telecinco? ¿Eso que es?. Besos "monstrua".
el texto está logradísimo, y en eso tiene mucho que ver la primera
ResponderEliminaroración.
Te felicito por la inventiva en un relato breve.
Salud
Demasiados parásitos para fumigar.
ResponderEliminarVivimos infectados...
A sabiendas les alimentamos de miedos y faltas...y ellos campan a sus anchas, chupándonos la sangre desmembrándonos desde las entrañas, dejandonos en posición de nada.
Falta el sol, la risa y el grito que les ahuyente... o como bien dices, mudarnos la piel, como si fueramos serpientes.
Dificil tarea el desparasitarnos, dificil igualar tu clase y tus palabras.
Besitos mediterráneos, desde Girona.
Existe el cafe con sacarina? la cerveza sin alcohol?
ResponderEliminarAhora en serio, muy bueno, que profunda reflexion
un abrazo
A veces sólo con leerte dan ganas de hacerte algo más...no en esta entrada concretamente, pero en muchas sí
ResponderEliminarHacerme qué?? jajajaja
EliminarFumiga bien que no entre niuno mas.Bueno si, yo, que soy un parasito de tus letras.
ResponderEliminarHay una cosa que no entendi. Telecinco? "Y ezo que eh?" jajaja.
Oye, ese anonimo no parece muy anonimo...
Un bessito flor.
p.d.: sigo esperando, per no tengo prisa jajaja
Ande estas que no te leo????
ResponderEliminarEntonces abramos la puertas, ríamos, desmelenémonos, infectémonos de felicidad...
ResponderEliminarUn relato que impacta, cruel, real...pero como sabemos siempre hay una puerta abierta, no dejemos que la mordedura canalize nuestras venas.
Un beso,Imilce.
No hay ciencia que me erradique ni médico que me sepa.
ResponderEliminarEs la parte que más me gusta y la que más merece.
Un saludo.