Acelero y alcanzo los 150 km/ hora, y aprieto con todas mis fuerzas, y busco el muro más alto del extrarradio, y avanzo tan rápido que lo que me rodea se convierte en una masa de colores alargados...
No quiero parar, no quiero morir. No quiero hacer más que chocar contra aquel muro, y transportarme hacía otra esfera, donde sea yo misma pero de otra manera, de chocar contra la libertad y apretar fuerte mis venas.
Rómpeme el corazón a pedazos, por favor.
Destrózame el pecho con toda la maldad de tu mundo.
Escucho el kaos dentro de mí, llama a mi puerta y me espera... quiere destrozarlo todo, quiere destrozarme entera. Quiere hacerme daño para luego cuidarme las heridas, quiere lamer mi sangre después de haberla propiciado.
Dime Kaos, ¿qué quieres? puedes destrozarme sólo si te dejo hacérmelo. Puedo ser tu dueña también, y sin embargo no puedo controlar el fuego que me quema y me fuma siendo yo humo voluble.
Soy un universo entero en un solo celebro.
- No pienses demasiado, Imilce.
¿Quién eres tú y qué quieres de mí?
Dejadme usarme a mí misma, dejadme hacerme con otra piel, dejadme ser libre.
El boom sonará tan fuerte en mi cabeza que vibrará el suelo bajo mis pies.
El boom soy yo, la bomba y la onda expansiva.
Tú eres el calor en la lejanía.
Tú eres maravilla.
Y es que tan solo vivo el mundo contando las horas.